jueves, 17 de abril de 2014

Ahí van cuatro tejemanejes

CORTADURA DE ROLLO
Se ha dado en ciertas ocasiones: que durante un programa infantil o serie animada se colen, por error (o no, eso nadie lo sabe), unos segundos de algún video pornográfico o erótico. Los padres se han escandalizado y los demás nos hemos reído. Pues la idea de que durante la emisión de una película porno hardcore se inmiscuyan unos segundos de alguna serie o programa infantil. Pajilleros escandalizados por haberles cortado el rollo. Gente muy viciosa llamando por teléfono con el instrumento todavía colgando y poniendo quejas al canal erótico porque «no se puede permitir una cosa así, es inadmisible».  

GANARSE EL PAN, GANARSE LA VIDA
En las pausas entre anuncio y anuncio en la teletienda (ya se que no las hay, pero imaginaros que sí) salía un señor muy serio con barba sabia y pinta de intelectual (de hecho, lo era) y daba significantes charlas de gran valor social, filosófico y metafísico. Un hombre muy culto y de espíritu reformista y liberal (muy convencido de poder cambiar el mundo) relegado a intermedios del canal de anuncios cutres por excelencia. De momento, ahí tiene que estar, ganándose el pan de cada día. 

IDOLATRÍA NO PRETENDIDA
Un violinista que pone caras muy graciosas mientras toca. Pertenece al selecto grupo de los diez mejores del mundo. Llena teatros y salas de conciertos. Pero la gente va por las caras que pone. Es la verdadera atracción del espectáculo. Pura curiosidad. Es el violinista más virtuoso y prolífico de su generación. Sin embargo, la mayoría de su público va para disfrutar de un espectáculo cómico. Muecas muy improbables, gestos inverosímiles, expresividad muy exótica, semblantes muy complejos. Risa. La música es lo de menos. Las notas pasan de puntillas por los tímpanos de los asistentes. Su expresión corporal es un monólogo gráfico. Los 80 euros de la entrada merecen la pena, pero no por sus majestuosas interpretaciones, que están muy bien, pero que son la excusa para lo otro. En parte, ha cumplido su sueño: que cientos de personas le vean tocar y les guste lo que hace. El pobre diablo no sabe si alegrarse o deprimirse. 

EL GRUPO DE WHATSAPP DE LOS POETAS MUERTOS
Joder, esa moda mainstream que hay de enviar estrofas de letras de canciones por grupos de whatsapp. Esto que alguien comparte un estribillo y alguien le sigue el rollo (suelen ser canciones de pachangueo puro cuyas letras las podría firmar cualquier cani cantautor (¿CANI CANTAUTOR?) de tres al cuarto, pero no siempre). La idea de un grupo de whatsapp muy selecto y culto. Gente muy refinada y exquisita. Y ponen poesías por el grupo. Versos líricos harto palpitantes de poemas del medievo y otros periódicos históricos. Odas y cantares muy de época. Romances y sonetos en castellano antiguo enviados vía tarifa Delfín. Los miembros del grupo (no se les puede llamar gente, son tan distinguidos que debe llamárseles 'miembros') enseguida se contagia de la pasión lírica y siguen la poesía. Las recuerdan de memoria. Casi todos tienen memoria fotográfica. El nombre del grupo de Whatsapp es El club de los poetas muertos y nunca usan emoticonos. 

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