sábado, 5 de enero de 2019

The last dejavú

Segundos antes de ser guillotinado, el condenado siente la necesidad de estornudar. Cuando el verdugo deja caer la cuchilla el mecanismo 'estornudatorio' ya está en marcha. El aire ya ha salido de los pulmones. La cuchilla alcanza el cuello en el preciso instante en el que el aire está llegando a la faringe. Todo ello en conjunto, la ejecución, el estornudo y la coincidencia precisa de ambas acciones en el tiempo, constituye un dejavú para el reo. Y no es solo que muera con la sensación de ya haber vivido antes el momento de estornudar durante su ejecución. Sino que el dejavú le sobreviene justo en el instante en que la guillotina empieza a cercenarle la cabeza y la convulsión del estornudo llega a su clímax. El dejavú es sin lugar a dudas —y así lo siente durante los microsegundos que dura la decapitación— la intersección de esas dos cosas.

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