jueves, 21 de agosto de 2014

ODIO Y DILEMA

Vuelve Borja Ramírez con sus tiras cómicas. Hoy nos trae dos, ha trabajado el doble, ha sudado el doble también. En ellas podemos alegrarnos con dos chavales incomprendidos, dos traducciones diferentes de lo que puede ser un joven con problemas de compatibilidad con los pormenores de la vida moderna. Un canto a la chifladura y a la obsesión en un caso, y a la indecisión y el dilema en el otro. Nos los regala con un trazo contento, pero también agresivo. Ha tardado lo suyo en enviarme estas dos joyas, ¿habrá valido la pena? No sé yo...

Me adjudico una parte de la tasación de las historietas, puesto que el tío me las ha enviado en .pdf y he tenido que usar un programita online que te lo convierte a formato .png. Esto no está pagado (LITERALMENTE).

Para verlo en grande, pinchad sobre la imagen, ¡PATANES!

La primera se titula «Odio» y la segunda «Dilema».







martes, 19 de agosto de 2014

Falsa humildad y superpoderes

Esta tarde durante la siesta, I had a dream (tira de Martin Luther King para contar sus mierdas). No, en serio, ha sido un sueño lleno de matices y detalles y lo acuerdo con toda nitidez (¿Cómo que lo acuerda?  ¿Cómo que el sueño es el fruto de un pacto entre partes? ¿Y con quién diablos realiza el pacto?). Bueno... En fin... La movida empezaba andando tranquilamente por la calle con unos amigos que conocía de algo pero no sé de qué (solo sé que en el sueño los consideraba mis amigos de toda la vida). De repente, descubría que podía dar saltos sobrenaturales, de unos cien metros, así a ojo, Quizá un poco menos. Un amigo me animaba a que hiciera demostraciones y luego hacía la coña marinera de que saltáramos los dos a la vez (él estaba muy borracho), en plan retándome. Por otro lado, también tenía la capacidad de flotar en el aire de una forma muy peregrina: debía colocarme como si estuviera sentado en el suelo, con las piernas levemente flexionadasy utilizando los brazos a modo de remos, realizando brazadas típicas de natación (un poco del modo en que se colocan los piragüistas dentro de la piragua). Una de las cosas más pintorescas era que, a pesar de mis más que evidentes capacidades fuera de toda física establecida y de los constantes vítores con que me aclamaba la gente, yo me mantenía en una actitud muy humilde y vergonzosa, de las que llegan a ofender. De hecho, mi falsa modestia llegaba hasta el punto de soslayar el cumplido y dar a entender de algún modo que no era para tanto, que lo que hacía estaba al alcance de todos (todo tiene una medida ideal, pero yo me pasaba de humilde, llegaba a suscitar ira en algunos amigos por no admitir mis bondades).



El peligro de flotar en el aire y volar era doble: de una parte, me gustaba subir muy alto, y teniendo en cuenta que estaba nublado y parecía que se iba a producir un temporal en cualquier momento, más me valía tener cuidado; de otro lado, tenía un tercer superpoder, la teletransportación, que me hacía hacer una cosa terrible para la salud: ascender muchas millas hacia arriba2, dejarme caer y, a punto de reventar contra el suelo, usar el teletransporte para regresar a las nubes. Y aquí viene lo más onírico: si demoraba demasiado la caída libre y llegaba a estampar contra el adoquinado, mi cuerpo se teletransportaba automáticamente justo antes de reventar. Es decir, exactamente antes de que los newtons del suelo actuaran y destrozaran mi cuerpo, el superpoder se activaba solo. La mejor manera de entenderlo es que el desplazamiento instantáneo se producía en el mismo momento en el que entraba en contacto con el suelo y el impacto no llegaba a transferir fuerza a mi organismo. Peeero... Cuando reanudaba la caída, pasaban dos cosas, una buena y otra mala: la buena es que el descenso no era acelerado, sino a velocidad constante (y lenta). La mala era que durante el proceso de caer (que completaba en estado inconsciente) iba tragando cosas del aire, como cuando alguien se ahoga en el mar e inhala algas y otros cuerpos extraños. Al recuperar la consciencia, noté que una rama me asomaba por la boca. Estiré y fui sacando decímetros de tallo hasta sacar una especie de fruto seco esférico que no sé que´demonios hacía en el aire, pues tenía una masa considerable. Y pensé que igual el fruto seco también tenía la capacidad de vencer a la gravedad.


1. Realmente, sospecho que las piernas podían estar flexionados o no estarlo, sin complicación alguna, solo que todas las veces que lo hacía se daba el caso de que las tenía flexionadas, pero yo creo que daba igual.

2. En vez de teletransportarme a las alturas directamente, la primera vez iba por medio de mi flotabilidad, gozando del paseo.

3. Sé que cuesta creer que me acuerde de forma tan precisa de cada elemento del sueño, ¡pero es verdad! 


4. La imagen que corta el texto es para que veáis más o menos en qué postura llevaba a cabo el vuelo. 

miércoles, 13 de agosto de 2014

Árboles que crecen en olas

Cuidado, no crecen en cualquier punto marítimo, SOLO EN LAS OLAS. A medida que cree la ola, lo hace el árbol. Cuando la ola rompe, el árbol es esbelto, se encuentra en su momento de máximo esplendor. A medida que la ola desaparece y va llegando a la orilla, el árbol muere. La naturaleza es sabia. 



miércoles, 6 de agosto de 2014

Colección de microconceptos heterogéneos

«Permuta gestual»: Es superdifícil asociar la negación al gesto convencional de afirmación. Pero también es muy difícil por ejemplo asociar la complacencia al gesto de «no lo sé» o el desencanto al gesto de pulgar hacia arriba.

«Fantasma de un robot»: Espectro de un robot inteligente y consciente de sí mismo que ha sido desechado por deterioro, un espíritu desprendido de una máquina (ni siquiera de un androide, que sería un robot con apariencia humana y cabría cierta analogía formal con un espíritu de humano).

«Robot fantasma»: Robot espectral directo, no es la esencia de ningún robot existente en el pasado de forma material. Es un robot que nunca ha existido en su forma física. 

«Suerte cotidiana»: Tiro un papel a la papelera desde lejos, da en el borde, se sale fuera y cae en el recogedor, que estaba justo al lado. 

«Flato onírico»: Me cuesta creer que se pueda soñar que tienes flato sin tenerlo de verdad en ese momento. 

«Crugir los dedos con buena fe»: Es la variante opuesta y benigna de «crugir los dedos con mala fe», que consiste en hacerlo porque al lado tienes a alguien a quien le incomoda. Esta versión contraria estriba en producirle placer al que le encanta escuchar el crugir de los dedos. 

«Tipos de prisa»: Clasificación de la prisa según diferentes aspectos: causales, formales, emocionales... Idea surgida a raiz de la frase: «No hay ningún tipo de prisa». 

«Destrucción física provocada por un objeto matemático»: Un rombo gigante lo arrasa todo a su paso. Un rombo, en abstracto, el concepto mental. La representación intelectual de rombo asola toda la zona norte de Manhattan. 

«Cura patrocinado»: Cura sufragado por una multinacional acaparadora y monopolista que se dedica a la producción y distribución de productos anticonceptivos y juguetes sexuales. Un cura postindustrial, un sacerdote moderno y adaptado a los procesos de industrialización y globalización actuales». 

«Bombero freelance»: Se le hace un encargo y se le paga en función de la calidad del apagado o del servico de auxilio. 

«Concursos de michelines»: Lo que se valora es la originalidad y no el volumen o la textura de los mismos. Es decir, se evalúa la forma y el relieve que conformen.

«Notas del examen en estilo retórico»: El profesor puntúa según categorías como: «para enmarcar», «de gran calidad», «bastante aceptable». «no está nada mal», «del montón». «ni fu ni fa», «por los pelos», «no es de recibo», «ridículo espantoso», «tragedia»... Se toma muy a pecho su vocación literaria (es un escritor frustrado). 

«Brazos ortopédicos de chocolate»: Doble función, sensación única. 

«Policía-párroco»: Cuando termina su jornada laboral, ejerce como capellán..  

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