sábado, 3 de diciembre de 2016

El loco de la cordura

Un loco extremadamente coherente. Dice cosas de sentido común todo el tiempo. Sin cesar. Certezas y sensateces como un templo, repetidas hasta la saciedad. Enunciados del tipo: «tened mucho ojo con la avenida principal, el tráfico es peligroso», «se ha encapotado el cielo, no olvides coger el paraguas», «cuidado, no juegues con fuego, te puedes quemar», etc. Verdades como puños. Locura bien llevada. Aseveraciones que cualquier persona suscribiría. Las dice sin descanso, como si no hubiese mañana. El vaso de la corrección se ha desbordado. Ahí radica su demencia. Nadie podrá refutarle jamás. Y esa virtud es a la vez su mayor desgracia. No se me ocurre una manera más cuerda de estar como una cabra ni una manera más loca de tener los pies en la tierra. Tiene razón en todo y está perdiendo el juicio por ello.

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