viernes, 4 de julio de 2014

Células en el colegio

Cuando era pequeño y empezábamos a ver las células en la asignatura de conocimientos del medio, la fonética de los nombres «eucariota» y «procariota» me recordaba mucho a «Carioca», la marca de rotuladores y bolígrafos. Me viene a la memoria un sistema que me inventé para saber cuáles eran las células eucariotas y cuáles las procariotas. Resulta que en el libro la representación de la célula eucariota era más colorida, tenía más tonos cromáticos y estos eran más distintos entre sí. Por contra, las distintas partes de la célula procariota no se diferenciaban tanto en color, eran más homogéneas. Yo, no sé de qué manera, asocié la diversidad y la pluralidad de tonalidades con la complejidad celular. De este modo, la célula eucariota, que es más compleja que la procariota, era la que «tiene muchos colores». y la procariota la que «tiene pocos». La marca «Carioca», por asociación abstracta, me ayudó en mi aprendizaje acumulativo, ya que nunca se me ha olvidado ya cuáles son las células eucariotas y cuáles las procariotas. Desde entonces tengo una deuda con la persona que ideó el nombre de la empresa.




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