martes, 6 de enero de 2015

Hibridaciones como puños

¡Queridos amigos, hoy volvemos (ese plural falso... este blog lo llevo solo yo) con tres ilustraciones fantásticas hechas por niños! ¡Niños que hacen de la hibridación un auténtico disparate! ¡Niños que no pueden huir del mestizaje más rocambolesco! Esa ofuscación infantil e instintiva por mezclar... Por barajar características aspectuales. Por «agitar antes de usar» (la imaginación)... ¡Maravilloso! Estos tres dibujos, bienaventurados lectores, son fruto de la imaginación más heterogénea. Festejadlos con jolgorio. ¡No es para menos!

Mirad, aquí tenéis el primero, en palabras del propio niño autor: «Aquí e dibujado un monstruo con la cabeza de un gato, el cuerpo de un marciano, y los pies son las patas de una silla con una falda». 



En segundo lugar, una frivolité con mucha carga simbólica cuyo autor precoz describe de la siguiente manera: «Es un CÍCLOPE BEBÉ, CON GARRAS (atención a la forma de las garras), y está cogiendo un cigarrillo que quiere decir que los niños —yo no— cada vez más, por sus padres, se sienten impulsados a fumar»:




Por último, tenemos el gusto de presentarles (otra vez el plural fingido, ahora acompañado de un detestable estilo discursivo de tipo ceremonial) el tercer dibujo en discordia, descrito por su creador como «un pallasopetardo que salió de una fábrica con científicos que habían hecho un prototipo de un petardo al que se le fue la cabeza y empezó a tirar petardos a la gente por PURA VENGANZA (la venganza salida de la nada, la venganza sin móvil)»:



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